¡Todas Somos Putas!
Lydia Aquino
Por Celina González
Lydia Aquino refleja en su ensayo “Todas Somos Putas”, la realidad del país machista y tercermundista en el que en la actualidad vivimos.
Ella define la palabra “puta” no precisamente como el concepto socialmente utilizado, si no como una estrategia de supervivencia femenina.
¿Qué es una Puta entonces?
Lydia Aquino explica en su ensayo, que para que una mujer sobreviva en este mundo son necesarias dos herramientas importantes: tener buen crédito y saber manipular a los hombres.
A que se refiere ella con esto, bien, ella se refiere al mencionar las palabras “buen crédito”, al valor personal de cada una de nosotras como mujeres, al sentirse completamente convencidas de poseerlo claro está, pero aún más importante que eso, al ser capaces de transmitirlo ante los demás.
“Nunca te mueras por un hombre, que ellos se mueran por ti y ya sabes, una dama en la calle y en la cama se lo que tengas que ser” (Aquino, 2011).
Cuando menciona las palabras “saber manipular a los hombres”, se refiere específicamente a lo antes misionado, ella considera que una como mujer necesita darse su lugar y poseer un valor propio sí, pero dejando a un lado la innecesaria prepotencia.
Cuando un hombre busca matrimonio, lo busca en aquella chica la cual tenga por seguro que será y es el balance perfecto entre feminidad y fortaleza.
A los hombres les gusta ser ellos los que tengan el poder, los que dominen en la relación, el sexo fuerte… sentirse importantes y valorados.
“El esposo de una amiga dijo: “Yo no sé por qué el hombre tiene que pagar la cuenta en las citas. Las mujeres hoy día trabajan y la pueden pagar. Además, no buscan la igualdad con los hombres, pues que paguen” (Aquino, 2011).
A la mujer no le conviene la igualdad de género, sino la equidad.
“Ay cosas que se hacen por deber”, menciona Lydia Aquino; si el hombre para sentirse hombre necesita de la “supuesta inferioridad femenina” para reaccionar como un caballero, no dudes en otorgársela.
“Cuando una mujer quiere algo de un hombre le siembra la semilla de esa idea en el cerebro y le hacemos creer que esa grandiosa idea se le ocurrió a ustedes, le aplaudimos y le decimos: Mi amor, que brillante idea, tu eres tan inteligente” (Aquino, 2011)
Es por eso que una se convierte en su puta, nos convertimos en delicadas damas ante la sociedad y el resto del mundo, consientes de nuestro infinito poder, capaces de complacer por deber a nuestro amado.
Nuestro amado, mencioné.
Porque Lydia menciona no solo un tipo de puta, ya que no hay solo un tipo de mujer en el planeta, sino varias.
“Todas las mujeres somos putas, eso lo tengo bien claro. Unas son más astutas que otras, unas consiguen más que otras, unas se lo disfrutan más que otras, pero todas, en fin, somos putas” (Aquino, 2011).
Las peores putas, menciona la autora, son las llamadas “Torrimar”, “Torrimar, no es una mujer que viva en esa área geográfica específicamente, ser de Torrimar es un estilo de vida. Son mujeres que las estrenan desde niña a no ser independientes y piensan que el logro más grande de una mujer es casarse con un hombre que venga de familia adinerada, aunque él no sirva para nada, las mantenga y las preñe para así asegurarse de no trabajar.
Hacen fiestas en la marquesina de sus casas para vestirse porque es más importante lo que llevas puesto que tu presencia, aguantan cuernos porque es más importante la vida de apariencia a vivir pobres, viajan a conciertos a Miami, van de shopping en NYC, esquían en Colorado, pero jamás viajan para aprender cultura o algo del mundo. Para ellas la graduación de sus hijas, no es cuando la niña culmine cuarto año, sino cuando de su dedo cuelgue una sortija.
Estas mujeres no se merecen lo que los hombres les dan, no lo obtienen de la inteligencia y el balance, si no de la represión y la mediocridad personal, claro, pero jamás social
“Yo no me acuesto con un hombre para que me mantenga, yo me acuesto con un hombre porque quiero… yo seré ilusa, pero espero que el día que Alfredo me proponga matrimonio, se arrodille, llore como protagonista de novela de Televisa, y me diga las razones por las cuales no puede vivir sin mí” (Aquino, 2011).
Las mejores putas son las que se acuestan con los hombres por amor, esperando nada más y nada menos que respeto e igualdad, porque se sienten lo suficientemente capaces de ser independientes “no necesitan de un hombre, tienen uno porque las complementa” (Aquino, 2011).
“Son las mujeres que usan la manipulación a beneficio de él o de los dos, nunca a beneficio de ellas solas” (Aquino, 2011).
“Las mejores putas son aquellas que se quieren así mismas más de lo que jamás podrían amar a un hombre” (Aquino, 2011).